Últimamente me estoy dejando flequillo. No es algo que haya calculado, sólo estoy perezoso y no me corto el pelo. Así de simple. En general. Supongo que es uno de los signos de que, de alguna forma, está reaflorando mi pequeño adolescente interior…
La adolescencia es una edad muy difícil. Para todo el mundo. Especialmente para todo el mundo que rodea a un adolescente. Especialmente si ese adolescente canta, baila, compone y es una máquina de dar titulares gilipollescos. Sí, hamijos y hamijas, así es: toda esta intro de baratillo es para hablar de la última gracia de Justin Bieber.
El bueno de Justino, aprovechando su gira por tierras holandesas, ha visitado el museo de Ana Frank, una figura por la que dice sentir una profunda admiración. Prueba de ello es que decidió dejar un mensajazo chupi canela en el libro de visitas del sitio:
Truly inspiring to be able to come here. Anne was a great girl. Hopefully she would have been a belieber.
Que, para quienes no les deis mucho al inglis, es algo así como “realmente inspirador poder venir aquí. Ana fué una gran chica. Ojalá (/ tengo la esperanza de que) hubiera sido una belieber”.
Me lo imagino allí, delante del libro, con uno de esos bolígrafos de cadenita, rascándose el pelo. Mirando fijamente la hoja en blanco. Consultando otras páginas para ver lo que había escrito la gente. Sufriendo ante la indecisión sobre qué poner. Pensando “hostia tío… que esto es a boli… que no puedo borrar…”. Y luego, seguramente, se acordaría de las recomendaciones de sus asesores. “Usa tu marca… usa tu marca… siempre usa tu marca…”
Toda esta historia sonaría mucho más divertida si no fuera porque cuesta olvidarse de que Ana Frank no es un personaje célebre cualquiera… sino esa jovencísima judía que, antes de morir en un campo de concentración, dejó testimonio de la persecución en la Alemania nazi a través de varios cuadernos manuscritos, que las generaciones posteriores hemos conocido como “El Diario de Ana Frank”. Si sólo de pensar en la barbarie que sufrió, ya me entran escalofríos, ni te cuento con el “baby baby ooooh” de fondo.
En fin… era de esperar. Dicen que si alejas mucho el Google Earth con la vista de satélite, puedes saber dónde está porque se ve su ego desde el espacio. En cualquier caso, seamos comprensivos, todos hemos tenido algún pequeño desliz en dedicatorias. Ya sabéis, el típico “que seáis muy felices en vuestra nueva vida de casados; vendo opel corsa blanco seminuevo, ful equip”.
fuentes: boingboing, heavy.com
Lo realmente inspirador sería pensar en que el Justino este podría haber acabado en Berger Belsen y en lugar de la pobre Anna
no me cabe la menor duda de que si Anna hubiese conocido a Justin hubiese corrido desconsolada a brazos de los nazis.
En fin, este chaval hace y dice cosas que ya no se justifican ni por su edad. Está muy mal asesorado.
Creo recordar que Enrique Iglesias escribio algo parecido en el libro de visitas de la casa de La Pasionaria.
Este niño se está echando a perder muy pronto. Dentro de nada se casa con Lindsay Lohan y adiós mundo.
Pobre Lindsay… con lo maja, guapa y pelirroja que era… Tan Disney y tan todo. Sobre Justino siempre he pensado que acabará siendo un juguete roto. Condenar a un chaval que es un pequeño genio al mainstraimismo más radical, es una crueldad…
Pero en fin, quién sabe.
Anna es mi idola, la admiro y que Justin alguna vez allá tenido la oprotunidad de ir a donde se produjo la mejor historia (el diario de ana frank), me alegra porque él es mi idolo y solo por que allá escrito eso ahora todos lo juzgan, lo juzgan hasta porque dijo: ”a” ¿y ya es un pecado? por favor, sean maduros, si no les gusta pues ni le presten atencion.