Esta semana he tenido motivos a puñaus para acordarme de la Ley de Murphy. Ya sabéis, esa que puede resumirse básicamente en:
“Si algo puede salir mal, saldrá mal”.
Peeeeero, no pienses que estas cosas sólo nos afectan a la plana curranterie, hamijos/as. La mismísima Volvo, sinónimo de seguridad durante décadas y décadas, también ha sido víctima de Murphy… nada más y nada menos que en la demostración de un nuevo sistema de prevención de colisiones.
Un S60 de preproducción avanza decididamente a 35 km/h hacia el culo de un camión, frente al que debe detenerse automáticamente gracias a las bondades de un desarrollo tecnológico fantabuloso, que disparará el freno sin necesidad de que conductor alguno pise el pedal… De hecho, el coche va sin conductor, a lo coche fantástico…
El resultado es predecible… desde luego, pero no por ello menos divertido (a no ser que trabajes para la marca sueca, claro…)
ZASCA!
y encima, según tengo entendido hubo dos muertos.